El ojo de Terra nº 3554 (Warhammer The Horus Heresy) (Spanish Edition) by AA. VV

autor:AA. VV.
La lengua: spa
Format: azw3
ISBN: 9788445006047
editor: Minotauro
publicado: 2018-10-30T00:00:00+00:00

VORAX

Matthew Farrer

Las piernas de Ratiomancer Spaal son máquinas de huesos pesados, abombadas en la cadera y dobladas hacia atrás en la rodilla, con un núcleo compuesto de una aleación de níquel y acero. Sus mecanismos gimen con suavidad mientras camina y sus pies planos y hendidos golpetean la cubierta produciendo un sonido metálico.

Sus brazos, que se mueven suave y silenciosamente sobre cardanes y están recubiertos de plata, son más largos de lo que fueron sus brazos orgánicos. Cuando se los implantaron, las palmas y el dorso de las manos estaban grabados con patrones que describían las fórmulas sagradas del Antiguo Marte. Al romper sus juramentos en los escalones del altar de Kelbor-Hal y cambiarse el nombre de «Calculus» por el de «Ratiomancer», cogió una herramienta afilada, se la clavó en el torso para ungirla con su propia sangre y luego enterró todos esos antiguos diseños para siempre. Todavía recuerda la vibración que le hacía rechinar los dientes mientras el metal atravesaba su carne.

No mucho tiempo después, el liso chapado en plata comenzó a perder lustro y a recubrirse de ampollas de aspecto orgánico que Spaal no podía entender ni explicarse.

Ahora sus manos parecen miembros humanos deteriorados en lugar de los mecanismos perfectos que son. Los tumores parecen formar nuevos patrones propios.

A Spaal le gustan, aunque no sabe bien por qué.

Y todavía le gusta más ver esas manos rodeando el cuello del visioingeniero Arrys, con su capa supurante de moho manchando el cuello rojo y la capucha del hombre. Lo sacude un poco mientras lo arrastra hacia atrás por el pasillo, como si estuviera comprobando que todavía está vivo. Sabe de sobras que Arrys todavía está vivo, por supuesto, no en vano está monitorizando los signos vitales del visioingeniero con una serie de sentidos no humanos. La sacudida solo es para ver si puede obtener alguna reacción.

Y sí que reacciona. La mandíbula de Arrys se mueve, pero los dedos de Spaal actúan como un cerco que ahoga su breve intento de hablar.

—No, no, no, nooooo —canturrea Spaal, meciendo al visioingeniero como si estuviera calmando a un bebé, en lugar de agarrando a un enemigo por el cuello. Su voz carnal es aguda y vacilante por la falta de uso—. A soñar con códigos bonitos —se mofa y envía un ronco ladrido de código chatarra a los oídos del visioingeniero.

Aunque continúa arrastrando al hombre moribundo, no deja de observar cómo el código golpea los procesadores auditivos en forma de ondas de sonido que se transforman en microimpulsos en sus sentidos mecanizados y revolotean en su sistema nervioso con implantes augméticos para unirse al código infeccioso que ya lo invade. Los sistemas de Arrys se retuercen al producir metástasis de las estructuras del código chatarra, construyéndose y reconstruyéndose, comiéndoselo desde dentro. Algunos de los tumores han comenzado a luchar entre ellos para acceder al puñado de sistemas que aún están sin corromper.

Spaal suelta una risita. Está impaciente por verlo ocurrir de nuevo, a gran escala, en los colectores del Imperio que percibe vagamente a su alrededor.

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